El ladrillo de arcilla roja es uno de los elementos más utilizados en la construcción de edificaciones en todo el mundo, pero muy pocas veces se repara en que en su fabricación se utiliza madera, plásticos, textiles, llantas, combustible y otros materiales que, al ser incinerados a altas temperaturas en los hornos de producción, emiten gran cantidad de gases contaminantes.
Frente a esta problemática, y en consonancia con otras iniciativas como la impulsada por el CONICET, Argentina, para diseñar ladrillos sustentables de PET hechos con botellas, se ha creado "Black Brick", un ladrillo ecológico y económico que se presenta como "el ladrillo del futuro".
Este ladrillo ha sido diseñado por un equipo de estudiantes del Instituto Tecnológico de Massachusetts y se caracteriza visualmente por su color negro, ya que está fabricado en un 70% a base de cenizas provenientes la celulosa que se obtiene de restos de papel y cartón reciclado, además de hidróxido de sodio, extracto de lima y arcilla.
Al estar constituido con ese material, permitiría además reutilizar la enorme cantidad de cenizas generadas por las fábricas de papel, que suelen terminar en vertederos.
Su mayor diferencia con el ladrillo tradicional es que la combinación de sus componentes hace que no necesite cocción, por lo cual puede endurecerse a temperatura ambiente. De esta manera, podría representar una verdadera alternativa al momento de construir sin comprometer al medio ambiente con la emisión de gases contaminantes.
Este proyecto estuvo motivado en la detección de los altos niveles de contaminación en India debido a la industria del ladrillo. Con la finalidad de atacar esta problemática y de, a la vez, contribuir a idear una alternativa para desarrollar viviendas en barrios de bajos recursos, este ladrillo es la parte de un proyecto más amplio que implica pensar en una alternativa para vivir, sin dañar lo que nos rodea.
Conoce más sobre este proyecto en el siguiente vídeo:
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